Para muchas personas, el estrés puede tener un impacto directo en su peso. El hecho de que cause pérdida o aumento de peso puede variar de una persona a otra, e incluso de una situación a otra.
En algunos casos, el estrés puede provocar que se salten las comidas y que se hagan malas elecciones de alimentos. Para otros, el estrés puede hacer que pierdan por completo el deseo de comer. A menudo, este cambio es solo temporal. Su peso puede volver a la normalidad una vez que haya pasado el factor estresante.
En este artículo vamos a conocer cómo el estrés puede alterar el funcionamiento interno de su cuerpo, cómo manejar la pérdida de peso relacionada con el estrés y cuándo consultar a un médico acerca de los síntomas.
Señales de que su pérdida de peso está relacionada con el estrés
El estrés puede causar más que una pérdida de peso inesperada. El estrés puede causar síntomas como:
- Dolores de cabeza
- Indigestión
- Músculos tensos
- Cambios de humor
- Fatiga
- Dificultad para conciliar el sueño o dormir más de lo necesario
- Dificultad con la memoria a corto plazo
- Aumento de la frecuencia cardiaca
¿Por qué perdemos peso cuando tenemos estrés?
Cuando está estresado, puede tener comportamientos diferentes a los que realizaría habitualmente, como trabajar mientras come, o permanecer despierto hasta tarde para cumplir una fecha de entrega importante. Estas interrupciones pueden empeorar la reacción interna de su cuerpo al estrés.
La respuesta de “lucha o huida” de su cuerpo para acelerar su metabolismo
Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo entra en modo de “lucha o huida”. También conocido como “respuesta aguda al estrés”, este mecanismo fisiológico le dice a su cuerpo que debe responder a una amenaza que estamos percibiendo.
En esta situación, su cuerpo se prepara liberando hormonas como la adrenalina y el cortisol. La adrenalina prepara su cuerpo para una actividad vigorosa, pero también puede minimizar su deseo de comer.
Mientras tanto, el cortisol le indica a su cuerpo que suprima temporalmente funciones que son esenciales durante una crisis. Esto incluye las respuestas de su sistema digestivo, inmunológico y reproductivo.
La hiperestimulación puede provocar malestar
Normalmente, durante la respuesta de “lucha o huida”, el cuerpo ralentiza la digestión para que pueda concentrarse en como responder ante el factor estresante. Esto puede provocar molestias gastrointestinales, como: dolor de estómago, acidez, diarrea o estreñimiento.
El estrés crónico puede amplificar estos síntomas y provocar otras afecciones subyacentes, como el síndrome del intestino irritable.
Estos cambios en su sistema digestivo pueden hacer que coma menos y, posteriormente, que pierda peso.
No sentir el deseo de comer
El poder del estrés puede provocar que no piense en otra cosa, nada más que en el factor que agrava su bienestar. Esto puede afectar a los hábitos alimenticios. Es posible que no sienta hambre o que se olvide de comer por completo cuando experimente estrés, lo que provocará pérdida de peso.
La hiperestimulación afecta a la capacidad para procesar y absorber los nutrientes
Cuando está estresado, su cuerpo procesa los alimentos de manera diferente. El estrés afecta su nervio vago, lo que influye en la forma en que su cuerpo digiere, absorbe y metaboliza los alimentos. Esta interrupción puede dar lugar a una inflamación no deseada.
Interrumpir el sueño por estrés afecta a la producción de cortisol
El estrés puede dificultar conciliar el sueño e interrumpir el sueño a lo largo de la noche. También puede afectar la calidad del sueño, lo que ocasiona que al día siguiente se sienta lento y fatigado. Estas alteraciones pueden afectar la producción de cortisol, lo que puede afectar a su metabolismo. Sus hábitos alimenticios también pueden verse afectados.
¿Cuándo es preocupante la pérdida de peso?
Aunque bajar un par de kilos no es motivo de preocupación, la pérdida de peso inesperada o no deseada afecta a su cuerpo.
Es recomendable consultar con un especialista cuando se haya pérdida más del 5% o más de su peso corporal total en un periodo de entre 6 y 12 meses.
También debe consultar cuando:
- Está perdiendo peso sin intentarlo
- Tenga dolores de cabeza crónicos
- Le duela el pecho
- Se siente persistentemente “al borde”
- Se encuentre consumiendo alcohol o drogas como una forma de sobrellevar la situación
Un especialista podrá determinar si sus síntomas están relacionados con el estrés o se deben a otra afección subyacente. Cualquiera que sea la causa, su médico puede trabajar con usted para desarrollar estrategias de afrontamiento saludables y recetar medicamentos si fuera necesario.
¿Cómo comer bien con estrés?
Si el estrés ha afectado a sus hábitos alimenticios, hay pasos que puede seguir para volver gradualmente a su rutina. Mantener un horario de alimentación regular puede ayudar a mejorar su estado de ánimo, aumentar sus niveles de energía y restaurar su sistema inmunológico.
Poner la alarma a la hora de comer
Puede estar demasiado estresado como para acordarse de comer, o el estado de estrés de su cuerpo puede alterar su sensación de hambre. Para evitar saltarse comidas, configure una alarma en su móvil para recordar que debe comer.
Coma algo pequeño
Seguir un horario regular para comer ayuda a mantener bajo control los niveles de glucosa en sangre. Incluso unos pequeños bocados a la hora de comer pueden ayudar a combatir el estrés y minimizar los cambios de humor adicionales.
Si puede, opte por alimentos ricos en proteínas o fibra. Evite el azúcar y la cafeína innecesarios, que pueden aumentar sus niveles de energía y luego provocar una bajada importante de esta.
Consuma alimentos que puedan ayudarle a mejorar su estado de ánimo y controlar el estrés
Saltarse los dulces y otras golosinas en favor de algo saludable pueden tener un impacto notable en la forma en que se siente su cuerpo. Una buena regla general es priorizar frutas y verduras que son una bomba de vitaminas y minerales, incluye siempre algo de proteina.
Algunos alimentos que puede consumir son:
- Naranjas y zanahorias: contienen antioxidantes y estimulan el sistema inmunológico.
- Verduras de hoja que contienen vitamina B y ayuda a regular los nervios.
- Cereales integrales: carbohidratos complejos que aumentan la serotonina (esto puede provocar un efecto calmante).
- Sardinas, anchoas.. contienen ácidos grasos omega-3 que pueden reducir el nivel de estrés.
- El salmón y el atún que sean preferiblemente salvajes, ya que aunque tengan omega-3 por lo general son pesados con más cantidad de mercurio (tóxico).
- Las nueces y las semillas también contienen ácidos grasos omega-3.
Evite los alimentos que aumenten el azúcar en sangre
Aunque los alimentos con alto contenido de azúcar pueden proporcionar un rápido impulso de energía, el bajón es inevitable. Cuando el azúcar abandona el torrente sanguíneo, es posible que se sienta peor que antes de la ingesta.
Los alimentos ricos en grasas y sodio también pueden empeorar el estrés.
Trate de limitar o evitar lo siguiente hasta que su estrés disminuya:
- Comida frita
- Productos horneados
- Dulces
- Patatas fritas
- Bebidas azucaradas
- Alimentos procesados
Coma después de hacer deporte
Comer después del entrenamiento es la mejor manera de restaurar la energía que quemaste durante la sesión. Saltarse esta comida cuando se sufre de estrés puede parecer inofensivo, pero puede provocar efectos secundarios desagradables como mareos o niveles bajos de azúcar en la sangre.
Esto se debe a que quemará calorías en exceso. Busque algo rico en proteínas o carbohidratos saludables, como:
- Aguacates
- Plátanos
- Mantequillas de nueces
- Mezcla de frutos secos
- Pasteles de arroz (Procedente de España ya que contiene menos arsénico)
- Yogur griego natural
Conclusión
Si se encuentra en estado de tensión o de estrés permanente, y esto le produce pérdida de peso debe consultar con un especialista.
El deporte puede ayudar a bajar los niveles de estrés, sobre todo el deporte al aire libre, pero recuerde comer tras el ejercicio físico para no someter el cuerpo a una pérdida excesiva de calorías.
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